lunes, 30 de septiembre de 2013

Dr. ALBERTO VILLOLDO - Entrevista

http://vimeo.com/17237215 El profesor Alberto Villoldo, Psicólogo y antropólogo Médico estuvo dirigiendo durante muchos años el Laboratorio Biológico de la Universidad de San Francisco, investigando los efectos de la curación a través de la energía y de la visualización en la química del cerebro. Un día se dio cuenta de que sus estudios precisaban mayor compromiso y dedicación. Por esa razón, dejó el microscopio y la universidad para visitar personalmente el Amazonas. Allí empezó su viaje de recuperación de las tradiciones milenarias de la medicina de la civilización Incas y ahora enseña medicina energética a miles de profesionales médicos y legos cada año. loscuatrocaminos.com thefourwinds.com

sábado, 28 de septiembre de 2013

Características del niño herido en su relación de pareja 1. Te sientes víctima, falta de responsabilidad, actitud pasiva. 2. Hay mucha demanda afectiva, nada es suficiente. 3. Relaciones no duraderas, no saber construir. Impaciente e intole...rante. 4. Sobredimensionas los problemas, haces berrinches. 5. Egocéntrico, solo piensa en sus necesidades o se pierde en el otro y olvida sus necesidades. 6. Dependencia y control, celoso, posesivo, no saber soltar. 7. No sabe terminar o poner límites. 8. Tiene un profundo sentido de la desconfianza. Abandonado, traicionado. Vives representaciones de la infancia con tu pareja. - Son experiencias donde recreas lo vivido en la infancia, la misma sensación de no valía, soledad, rechazo, vergüenza. - El niño interior forma nuestro sistema de creencias básico. - Hay experiencias que aprendimos en base a carencias y que hoy debemos transformar. ¿Qué busca tu niño herido? Nuestro cuerpo emocional, que es donde está lo que vivimos en la infancia buscar terminar su proceso de maduración y para eso es necesario darle espacio a las necesidades de la infancia. Cinco cosas que te pide tu niño herido. 1. Recuperar tu yo auténtico, ese que se quedo oculto tras la máscara. 2. Cerrar ciclos, sanar, llorar lo que se quedó no expresado. 3. Hacer crecer a tu adulto, haciéndote cargo de tu yo vulnerable crecerás como ser humano. 4. Enseñarte a ser una buena madre-padre de ti mismo, aprender a amarte. 5. Recuperar poder y autoafirmación, inframundo. Cinco maneras de mirarlo 1. Hazte responsable de tus necesidades, no culpes, ni busque padres-madres por todos lados. 2. Para a la Victima, esta parte de ti puede hacerte patinar en el dolor por años. 3. Observa en que situaciones del presente se dispara el niño y si esta enojado, triste, tiene miedo, descubre tu emoción adictiva. 4. Aprende a tener un dialogo contigo, habla con tu yo herido y toca su dolor. 5. Deja de recrearle lo que tanto le dolió en la infancia, ¿qué necesitó? Hoy aprende a atraer eso a tu vida y darte lo que necesitas. Tomado de la RedVer más


LAS CUATRO SENDAS DEL CHAMÁN

Las sociedades chamánicas basan el poder de su «medicina» en la energía de cuatro arquetipos universales:

EL GUERRERO, EL SANADOR, EL VIDENTE Y EL MAESTRO.

Si el curandero de una tribu es capaz de sanar a los enfermos, es porque ha destilado e integrado en su ser la sabiduría ancestral de estas cuatro imágenes mitológicas.
Hace unos años la antropóloga californiana Ángeles Arrien expuso este conocimiento en Las cuatro sendas del chamán (Ed. Gaia). En este libro sugería que cada uno de nosotros puede recuperar el equilibrio interno, y la armonía con el entorno, a través del desarrollo de estos arquetipos.

Hoy son numerosos los psicoterapeutas, como Charles Tart, Stanislav Grof o Liz Greene, que han incorporado a sus terapias técnicas chamánicas para inducir estados alterados de conciencia que despiertan en el paciente su propio poder sanador. También Ángeles Arrien propone utilizar las herramientas de poder de las culturas aborígenes para recorrer con ellas las diferentes vías del chamán, e integrar así en nuestras vidas la energía curativa de sus mitos. El camino lleva primero a reconocer sin ambages los aspectos sombríos de cada arquetipo. Es decir, qué actitudes relacionadas con esta figura mitológica nos ponen en dificultades continuas reclamando de ese modo más luz y espacio en nuestras acciones cotidianas. Y es que, al descuidar los aspectos luminosos propios del guerrero, el vidente, el sanador o el maestro, abrimos sin darnos cuenta una puerta a la enfermedad, depresión, soledad o autoabandono. Y, al contrario, al desarrollarlos logramos salud, sabiduría y entusiasmo por la existencia. Cada uno de nosotros puede identificarse más con uno o dos de estos arquetipos. Pero lo idóneo es que integremos las cualidades positivas de los cuatro para alcanzar la totalidad de nuestra esencia como seres humanos. A través del guerrero obtenemos los recursos del poder, la comunicación y el liderazgo; mediante el sanador nos vemos capaces de prestar atención a lo que tiene corazón; el vidente nos ayuda a percibir y decir la verdad en todo momento sin sentimientos de culpa; y, por último, el maestro nos enseña a desapegarnos, con sentido del humor, flexibilidad y objetividad, de situaciones, personas o cosas que nos hacen infelices.

EL GUERRERO: coraje y poder

El guerrero es un brujo, un explorador y aventurero, líder o protector que invoca la fuerza interior para estar presente ante cualquier dificultad y actuar como guía.

Cuando no se ha desarrollado acostumbra a llamar nuestra atención haciéndonos caer en discusiones, conflictos y actitudes rebeldes frente a representantes de la autoridad, padres, jefes, el director del banco, el conductor del autobús, etc. O utiliza sus dotes de mando de forma abusiva y en beneficio personal. En el polo opuesto puede inhibirse, y entonces la persona prefiere ocultar sus talentos y actuar en la sombra para no asumir la responsabilidad, pero proyecta su necesidad de liderazgo en otros individuos a los que idealiza primero para luego, cuando no actúan como él espera, criticarles y competir con ellos. Estas actitudes negativas revelan una falta total de autoestima.

PASOS PARA RECORRER LA SENDA DEL GUERRERO

** Desarrollar la capacidad de honrar y respetar las propias habilidades así como las de los demás, y las de todas las cosas creadas, sin hacer comparaciones y desde diferentes perspectivas.

** Comunicarse de forma equilibrada: decir sinceramente lo que se piensa y hacer lo que se dice. Cumplir los acuerdos y palabras dadas. Y aprender a dar un «sí» o un «no» cuando sea apropiado para los propios fines.

** Demostrar responsabilidad por cada acto. Por lo que se hace o por lo que se deja de hacer. Y encarar la vida con un ritmo de disciplina constante y a la vez flexible.

** Alcanzar los tres tipos de poder universal. Los pasos anteriores llevan directamente a detentar el poder de la presencia, por el que la persona llega a mostrarse en cada instante con sus cuatro inteligencias –mental, emocional, espiritual y física– y emanar así un carisma que atrae a los demás; el poder de la comunicación que permite elegir de forma acertada las palabras, tono de voz, lenguaje no verbal, contenido y momento para expresarse; y el poder de la posición, que significa defender sin miedo una postura e informar a los demás por qué lo hace y de que actúa así por propia voluntad.

ACTOS DE PODER PARA DAR LUZ AL GUERRERO INTERIOR

Meditación: quince minutos al día al aire libre o ante una ventana. De pie, con la cabeza erguida, brazo izquierdo caído y derecho sobre el pecho, ojos fijos en un punto, pies separados a la distancia de los hombros. Hay que concentrarse en la sensación de estar arraigados en la tierra y en que ello posibilita el valernos por nosotros mismos, así como establecer límites y movernos en la vida desde la autoestima y el respeto por nuestros propios recursos.

Instrumento musical: maracas. Su sonido, imitación del de la lluvia, crea un estado alterado de conciencia idóneo para la purificación y sanación del alma.

Danzar es el acto de poder que más desarrolla este arquetipo y por ello ha sido utilizado por todas las culturas aborígenes. Según el tipo de ritmo elegido –fluido, entrecortado, lírico, sereno, caótico– el danzante adquiere gracia, refinamiento, alegría, paz o una vía para dar rienda suelta a su creatividad.

Animales de poder: conectar a diario con la naturaleza del águila o los pájaros dota al al guerrero del valor necesario para enfrentar los desafíos que la vida le depara.

EL SANADOR: gratitud y corazón

El sanador abre sus brazos al amor y a la gratitud. También muestra aceptación de las habilidades propias o ajenas. Y siempre tiene palabras amables, de aliento y de reconocimiento para el talento, carácter o apariencia externa de los otros.

El modo en que este arquetipo reclama atención a través de aspectos sombríos es el descuido de la salud y bienestar personal. Cuando no escuchamos al sanador interno caemos en hábitos contrarios a la vitalidad, generalmente adicciones que abren la puerta a la enfermedad y el malestar.

Existen cuatro adicciones básicas que engloban todas las demás. Adicción a la intensidad, que fomenta hábitos destructivos para sustituir la sensación de aburrimiento por la de estar vivos. Adicción a la perfección, que vuelve a las personas rígidas e intolerantes con los errores propios o ajenos. Adicción a la necesidad de saber y controlar todo compulsivamente, que convierte al individuo en alguien desconfiado y arrogante. Y adicción a lo que no funciona, que se muestra en una tendencia a exagerar las experiencias negativas y aferrarse a ellas.

PASOS PARA RECORRER LA SENDA DEL SANADOR

** Poner el corazón en los quehaceres cotidianos. Una fórmula para saber si lo estamos consiguiendo es preguntarse: ¿cómo tengo el corazón, pleno, abierto, claro o y fuerte?, o ¿a medias, cerrado, confuso y débil? Si no nos sentimos con fuerza es porque nos falta coraje para ser auténticos.

** Experimentar los seis tipos de amor universal: entre compañeros y amantes; entre padres e hijos; entre colegas y amigos; entre maestro y estudiante; terapeuta y cliente; amor a uno mismo y amor universal o espiritual.

** Visión equilibrada: sentir estas formas de amor prepara a la persona para comprender que la sanación requiere actitudes como recordar lo que hemos olvidado sobre la conexión de las cosas vivientes y no vivientes; abrazar lo que más tememos; abrir lo que está cerrado y ablandar lo duro; experimentar lo divino; creatividad, pasión y amor; aprender a confiar en la vida y mantener un equilibrio entre el dar y el recibir.

ACTOS DE PODER PARA DAR LUZ AL SANADOR INTERIOR

Meditación: dedicar entre cinco y diez minutos diarios a la técnica del «acunamiento». Tumbado y con las manos sobre el corazón, izquierda encima de la derecha, hay que reconocer los propios talentos, el amor que se ha dado o recibido, y concentrarse en el propósito de desarrollar la autoestima.

Instrumento musical: tocar el tambor. Su sonido imita los latidos del corazón y facilita su purificación. También ayuda a entrar en un estado de conciencia favorable para buscar guía espiritual.

Practicar los ocho principios sanadores universales: llevar una dieta equilibrada; realizar ejercicio físico; reservar tiempo para divertirse; escuchar música; recitar cantos y contar historias que transmitan valores éticos; sentir amor y contacto físico con otras personas; desarrollo de intereses, aficiones y proyectos creativos; pasar tiempo en la naturaleza; y cultivar la fe en lo sobrenatural.

Animales de poder: los sanadores están vinculados en general a los cuadrúpedos, renos, ciervos, caballos, vacas… Pero además han de estar en íntima conexión con la naturaleza y los árboles. Por ejemplo, cada primavera, algunos pueblos aborígenes ofrecen sus cicatrices y heridas, físicas o del alma, a un árbol para que las sane. Y hacen la promesa de no volver a hablar de ellas.

EL VIDENTE: sinceridad y libertad

El vidente es el que dice la verdad. Su vía nos invita a ser quienes somos continuamente, por lo que nos recuerda de mil modos el sueño que deseamos realizar en esta vida.

Cuando no le prestamos atención, su forma de reclamar luz y cuidados es sobre todo inventar un falso yo sólo para cubrir las expectativas ajenas. La persona abandona entonces su auténtico yo y suele hacerlo por tres motivos: por amor a otra persona; obtener la aprobación de alguien; o mantener la paz que cree haber conseguido. Cae así en una trampa que en realidad le vuelve débil de corazón e incapaz de decir la verdad.

La otra artimaña sutil que este arquetipo utiliza es hacernos ver como ciertas las proyecciones de nuestros propios defectos o anhelos. Los espejos y cristales, que lucen cosidos a los trajes de los chamanes en algunas ceremonias, recuerdan este artificio de la mente por el que proyectamos en otras personas partes de nosotros que pueden ser positivas o desafiantes. Cualidades que nos gustaría tener y envidiamos pero desconfiamos poder alcanzar, o los defectos que más detestamos y tememos reconocer en nosotros mismos. Sólo cuando la proyección se cae y conseguimos ver a la persona tal y como es en realidad, podemos darnos cuenta de esas partes ocultas de nuestro ser y traerlas de nuevo a casa. Entonces suele despertarse en nosotros una compasión sanadora que nos permite colocarnos en el lugar del otro y enjuiciar la realidad con la objetividad del vidente.

PASOS PARA RECORRER LA SENDA DEL VIDENTE

** Desenmascarar las proyecciones: sólo así nos sentiremos libres para expresarnos tal y como somos, incluso para recuperar nuestros sueños infantiles y hacerlos realidad.

** Evitar la negación y la indulgencia: negamos a las personas y situaciones cuando no somos capaces de aceptarlas como son. Y nos volvemos indulgentes cuando, llevados por el miedo, no enfrentamos los conflictos si ello significa alterar nuestra paz.

** Liberar la creatividad: cuando estamos en conexión con nuestra autenticidad y dejamos a un lado ideas preconcebidas sobre lo que está bien y lo que está mal, el campo de la creatividad ilimitada siempre está disponible para que hagamos uso de él.

** Decir la verdad: «hablar con la lengua del espíritu», como dicen algunos indios americanos, significa ser capaz de expresar lo que se siente sin culpabilidad.

** Lograr las cuatro formas universales de visión: intuición para entender las voces interiores; visión externa que analiza con objetividad la realidad; visión interna que proporciona información a través del sueño e imágenes en estado de trance, y la visión holística que nos aporta un conocimiento completo de cada situación.

ACTOS DE PODER PARA DAR LUZ AL VIDENTE INTERIOR

Meditación: en movimiento. Caminar, correr, cocinar, nadar, incluso pasar la aspiradora, cualquier acción puede funcionar para obtener la solución creativa de problemas. También la plegaria puede procurarnos la ayuda de otros seres, o ayudarnos a recuperar nuestro propósito existencial.

Instrumento musical: campanas. Utilizadas tradicionalmente para convocar a la gente a los templos y asociadas por tanto a la espiritualidad, nos recuerdan nuestros sueños y nos conectan con nuestro ser esencial.

Cantar las canciones que nos hicieron felices en la infancia, o recitar mantras con vibraciones que atraen la fuerza vital, como el Om budista, e incluso entonar sonidos inarticulados, posibilita al vidente recordar su proyecto existencial.

Llevar un diario de sueños potencia la capacidad de tener premoniciones o resolver problemas de forma intuitiva.

Animales de poder: serpientes, lagartijas, salamandras y, en general, los animales que se arrastran, pues la soledad y el silencio de los lugares desérticos donde habitan son muy propicios para despertar la visión interior.

EL MAESTRO: claridad y fe

El maestro enseña a confiar y comprender la necesidad del desapego, y está abierto a cualquier resultado de sus acciones sin inquietarse ante un posible éxito o fracaso.

Su forma de reclamar la atención a través de los aspectos sombríos es manifestar pautas de censura y control que llevan a la persona a mantener comportamientos rígidos, y juicios excesivamente subjetivos basados en el miedo y anclados en la falta de confianza. También se muestra mediante la confusión e ignorancia. Ambas son el lado oscuro de la claridad. Cuando estamos atrapados en ellas actuamos y opinamos bruscamente de manera inapropiada e inconscientes del contexto en el que lo hacemos. Otra fórmula a través de la cual el maestro expresa su necesidad de desarrollo son los apegos exagerados. Al aferrarnos demasiado a situaciones, relaciones o cosas, tendemos a controlar más que a confiar y perdemos objetividad. La sabiduría consiste en adaptarse a cada circunstancia con ligereza.

PASOS PARA RECORRER LA SENDA DEL MAESTRO

** Practicar la confianza: aprender a sentirse cómodos en la incertidumbre y la ignorancia de qué ocurrirá en el futuro o mañana mismo. Con el fin de integrar esta enseñanza los maestros utilizan trampas para sorprender a sus discípulos en situaciones inesperadas que les despiertan de sus rutinas y les permiten ver sus apegos.

** No aferrarnos: hay que ser capaz de no engancharse en una situación conflictiva y mantener el sentido del humor. Cuando no nos vemos arrastrados y podemos mantener nuestra objetividad y capacidad de reírnos, eso demuestra que las cosas no nos importan tanto. Hay que recordar también que cualquier perdida, material o afectiva, nos hace más humildes y nos enseña algo más sobre la aceptación y el desapego.

** Celebrar rituales: hacer ceremonias presididas por una intención sagrada honra los cambios de la vida y ayuda, en momentos de transición, a liberarnos del apego o del sentimiento de pérdida; de paso facilita el que todo vuelva a encajar en su sitio.

ACTOS DE PODER PARA DAR LUZ AL MAESTRO INTERIOR

Meditación: sentada, en la postura del loto, en una silla, o de rodillas. Mantenerse así, con los ojos cerrados y manos sobre las rodillas, quince minutos al día para acceder a la quietud y al silencio. Este tipo de meditación enseña a esperar, escuchar y observar los mensajes del maestro interior.

Instrumento musical: palos y huesos. Chasquearlos representa el compromiso de romper con pautas y actitudes dañinas, sean familiares o culturales.

Invocar los espíritus de los antepasados: las tradiciones chamánicas creen que las almas de nuestros ancestros nos acompañan y que podemos solicitar su ayuda mediante la danza o el sonido del tambor.

Guardar silencio: las experiencias transpersonales se presentan con más facilidad en momentos de silencio y soledad, y a ser posible en medio de la naturaleza.

Animales de poder: las criaturas que viven en océanos y ríos son propias del maestro. No en vano el agua es venerada por los chamanes como agente de purificación y modelo de flexibilidad.

-Angeles Arrien
Jakurri.

Parir cantando, canto carnático

Michel Odent. El estrés y el cortisol en el embarazo

"En el contexto científico de hoy en día, algunos de los factores que influyen en la calidad de la vida fetal ya son mejor comprendidos. Es el caso de los factores emocionales. Las mujeres embarazadas siempre han tenido un conocimiento intuitivo, de que el desarrollo de su bebé en el útero era claramente influenciado por su estado emocional. Hoy en día, los fisiólogos pueden interpretar esta influencia. Por ejemplo, cuando una mujer embarazada no es feliz porque está dominada por alguien (por ejemplo, un jefe autoritario) o por una situación (como un embarazo no deseado), tiene la tendencia a segregar niveles elevados de ciertas hormonas como el cortisol, y el cortisol es un inhibidor del desarrollo fetal" Michel Odent.

LA COPLA DE LAS TRES AMIGAS

Mirada de bebé

¿Por qué llora mi bebe? parte1 Laura Gutman

martes, 24 de septiembre de 2013

The Beauty of RED - with Spanish subtitles

INDIGOS Y CRISTAL LOS NIÑOS DEL PRESENTE.wmv

  1. Menstruación Sagrada

    La menstruación es esa pérdida de sangre que cada mes vivimos las mujeres. Está directamente relacionada con el útero o matriz, y la incidencia en él de una serie de acontecimientos fisiológicos, hormonales, emocional...es, sexuales, espirituales y lunares.

    Es un proceso de renovación asombroso. Un testimonio de vida y movimiento extraordinario que la mujer lleva consigo desde la adolescencia hasta una avanzada etapa de su vida desde siempre se le ha equiparado con el ciclo lunar de 28 días que pasa por cuatro fases: Luna nueva, creciente, llena y menguante.

    La luna rige el movimiento de los líquidos corporales. Su influjo tiene tal fuerza que gobierna el movimiento de los océanos. El ciclo de la fertilidad y el parto también se acompasan con el ciclo de las mareas.

    La pérdida de sangre que se da en una mujer cada mes, le hace pasar de, aproximadamente, 4,5 litros de sangre circulante a 4 litros . Esa baja de glóbulos rojos hace que haya una menor oxigenación en todo el cuerpo y lo que más se afecta es el cerebro. Esto explica el cansancio, la debilidad y la somnolencia que se dan en esos días.

    Si nos contempláramos a nosotras mismas como seres inacabados, nos daríamos cuenta que en esos días pensamos de una manera diferente a la habitual: Se nos ocurren nuevas ideas, estamos propensas a soñar y recordar los sueños, y desarrollamos una sensibilidad diferente. Nuestra capacidad de soñar despiertas es mayor.

    Lo que sucede es que cada mes la mujer vive un AYUNO BIOLÓGICO, caracterizado por una disminución del oxígeno cerebral y esto le hace entrar en un estado de consciencia singular: Más sutil, más creativo, más sereno. Baja el ritmo de exigencia cotidiano, para entrar en un sentido más femenino de la existencia, más contemplativo.

    En su interior, el útero está en un proceso caótico, de grandes cambios celulares y hormonales. Se desprende de toda una estructura que había sido especialmente preparada para concebir y recibir a un nuevo ser. Es un proceso tan vital que no se detiene ni un segundo en sus infinitos movimientos. Se prepara una renovación celular total. Es una expresión de vida sin escarceos, un derroche de vitalidad.

    Mientras tanto, la mujer se manifiesta muy cambiante en sus emociones: Alegre, a veces triste o nostálgica, con tendencia a llorar; otras veces, irritable o muy activa… En ocasiones, no percibimos un cambio de carácter, aunque siempre nos notamos más sensibles.

    La menstruación se corresponde con el TRANCE CHAMÁNICO.

    Ese proceso de renovación es el que viene inmediatamente después de la menstruación. El organismo se ha liberado de todo lo viejo. Ha purificado la matriz, ha limpiado el cuenco fértil para generar un nuevo proceso creativo.

    Durante la menstruación se ha dado esa renovación física, mental y anímica que nos lleva a ser otras. Cada mes somos diferentes, porque cada mes ofrendamos a la tierra todo lo que fuimos. Es como si la Creación tuviera prevista la resurrección femenina cada mes.

    Las féminas vivimos un proceso misterioso y exuberante que nos hace cambiar de forma.

    ¿Pero cómo va a conectarse con esta visión trascendente de lo que es como mujer, si siente vergüenza de su menstruación?

    Desde el punto de vista de la Medicina Tradicional China, el organismo femenino vive un equilibrio entre la sangre y la energía hasta que llega la menstruación. Es ahí cuando las mujeres entramos en el caos creativo:

    Ese desequilibrio necesario para que se marche lo viejo y se genere la renovación celular.
    Como perdemos sangre, la energía es mayor.

    Desde Inspiración Femenina llamamos a reconciliarnos con nuestra sangre, para comenzar a disfrutar de lo que nos toca vivir cada mes. Que nos permitamos llorar a gusto, ensoñar a gusto, andar más despacio y, sobre todo, que podamos contemplarnos en todo el proceso con el humor de la transformación: ¿A ver qué siento? ¿A ver cómo reacciono? ¿Con qué he soñado este mes? ¿Cómo estaba la luna? ¿Se ha retrasado o adelantado, por qué?… etc.

    No sabemos cómo va a ser cada menstruación ni cómo va a gobernar en nuestro ánimo ni qué cambios nos va a generar después de que pase. Ahora tenemos oportunidad de comenzar a darnos cuenta de lo que significa en nuestra vida.

    DESCONOZCO EL AUTOR DEL TEXTO.

LA abuela del tiempo Escucha las palabras de la abuela del Tiempo... LA CARGA DE LA CRONE Escucha las palabras de la abuela del Tiempo: La que se ha conocido como Hécate, Erishkagel, Cerridwen, Kali-Ma, Anna, Perenna, la Mujer Araña,... y muchos otros nombres - algunos temían, y les gustaba un poco, ., pero ninguno nunca ignorado Ella es quien trae la sabiduría y la conciencia de la eternidad. Ella ha sido la Doncella, y recuerda a la alegría. Ella ha sido la Madre, y recuerda el placer. Pero la edad la ha cambiado, y le enseñó los misterios de la rueda que siempre está girando, la rueda que es la vida, la muerte y el renacimiento. Ella es el tornado girando, el volcán en erupción, la creciente maremoto, el temblor de la corteza terrestre. Con la edad viene la comprensión del pasado y una visión del futuro. Porque, en el giro de la rueda, el pasado es el futuro, y el futuro es el pasado. Es el Sabio Uno, el Maestro, el Portador de cambio inevitable. Ella es el lado oscuro de la Luna, el Oculto, lo desconocido invisible que está por venir. Pero no la temen porque ella no es malicioso, y su tacto, aunque duro, es el amor. Sólo en la ignorancia es despreciada y vilipendiada. Los que no la conocen, la parodian como la mujer vieja y fea , cuyos poderes se dice que los cultivos quema y agrian la leche de la vaca. Es el miedo que da la edad en abominación , sus arrugas en deformidad repugnante, y su voz en una carcajada malvada y manipuladora. Para los que buscaban el poder sobre la tierra tenían miedo a enfrentarse a su sabiduría y su verdad inalterable. Pero en los viejos tiempos, nos sentamos a sus pies para aprender el tradición más antigua. Desde ella llegó el conocimiento de las hierbas curativas, y los cantos y canciones que dieron forma a nuestras vidas. Ella se sentó en honor a nuestros consejos, nuestros mercados, en nuestros hogares. Ella rige nuestro gobierno, e interpretado nuestras leyes. Ella dio énfasis a nuestras estaciones. Ella fue nuestra maestra, nuestro oráculo, nuestra promesa de renacimiento. Vamos a honrarla como antaño, escucha ahora las palabras de la Sabia, la Vidente antigua, la Bruja! por Gypsy http://aguasdecauri.blogspot.com/2012/11/la-abuela-del-tiempo.html

lunes, 2 de septiembre de 2013

La Alquimia de las Relaciones por Tom Kenyon Traducción: María Cristina Cáffaro Muchos manejamos nuestras relaciones en la misma forma en que jugamos al póquer. Hacemos todo lo posible para llevar ventaja. Si eso falla, simulamos. Hacemos creer que tenemos cartas que no tenemos. Engañamos. Mentimos. Y en tanto éste es el modelo para muchas relaciones en nuestra época postmoderna, no lo es para la Relación Sagrada según se describe en el Manuscrito. Permítanme poner esto en claro. Las Relaciones Sagradas no son para cualquiera. De hecho, sospecho que hay muchas menos personas capaces o siquiera dispuestas a intentarlo, que personas que prefieren jugar juegos de naipes emocionales. Este tipo de relación exige máxima honestidad de ambos, uno y su compañero. En vez de esconder las cartas, las ponemos en la mesa todas boca arriba. Todas nuestras esperanzas, todos nuestros miedos, todos nuestros pensamientos celosos o mezquinos, todas nuestras maquinaciones: todo se expone a la clara luz de la consciencia para que nuestro compañero lo vea. Y él o ella debe hacer lo mismo. No va a funcionar si dejamos la puerta de atrás sin llave para escapar mentalmente. No va a funcionar si ambos no son impecablemente honestos uno con el otro. Y la razón para este tipo radical de honestidad es que, sin ella, la Alquimia de las Relaciones no puede suceder. Ahora bien, este término puede ser nuevo para muchos, aun para los que estudian la alquimia interna, ya que la dinámica de las relaciones íntimas rara vez se menciona en las cuatro corrientes principales de la alquimia (Egipcia, Taoísta, Tántrica de Yoga y Tántrica Budista). De modo que estaría bien definir aquí lo que quiero decir, para poner alguna base a esto. Como todas las clases de alquimia, este tipo de trabajo intenta cambiar una forma por otra. La forma, en este caso, es la dinámica que media entre dos personas, a la que se han habituado. Después de un tiempo, la gente tiende a caer en la rutina. La vivacidad que existía al principio de la relación se diluye. Ambos se vuelven más o menos inconscientes. La dura realidad es que lleva una vigilancia y esfuerzo continuos para conservar viva y consciente una relación. Muchas relaciones se van cayendo porque ninguno de los dos tiene ganas o capacidad para hacer el esfuerzo que requiere sostenerlas. En vez de experimentar la novedad de cada momento dentro de la relación, con el tiempo se va colando una especie de pesadez; lo que solía ser excitante se vuelve aburrido. Y lo peor es que se instala una especie de letargo psicológico y emocional, y ambos sucumben a los efectos adormecedores de la inconsciencia. Este tipo de inconsciencia es un amenaza mortal para el insight y la consciencia psicológica y, aunque rara vez se lo menciona, tiene un efecto negativo sobre la vida espiritual también. Así que la forma que debe cambiarse dentro de una relación es literalmente la forma de las interacciones que habitualmente tienen lugar entre las dos personas. Como en todas las clases de alquimia, debe haber un recipiente en que tengan lugar las reacciones. Y en este caso, es el recipiente de la seguridad y el aprecio que lo aporta el reservorio para la transformación. Si faltan la seguridad o el aprecio, este tipo de alquimia no puede funcionar. Y si has decidido que quieres intentar este tipo de alquimia en tu relación, te sugiero que primero hagas un análisis. Evalúa honestamente si sientes que hay seguridad y aprecio en tu relación. Si no lo sientes, desperdiciarás tu tiempo tratando de emprender este tipo de alquimia con tu compañero actual. Si de todos modos quieres intentarlo, trata de hablar con tu compañero sobre estos sentimientos de peligro y falta de aprecio que tienes. Sólo si se resuelven, cuando así sea podrás considerar intentar este tipo de alquimia. De modo que ahora tenemos dos de los tres elementos necesarios para la alquimia: algo a transformar (los patrones habituales de interacción) y el recipiente (la red de seguridad, por así decirlo, de la relación misma) Se necesita un tercer elemento y ése es, por supuesto, la energía para provocar la reacción. Generalmente hay abundante energía en las relaciones, bajo la forma de patrones neuróticos, esperanzas, miedos y deseos. Hablaremos de ellos en seguida, pero primero quiero hablar del acero. Nuestro yo psicológico se parece mucho a una espada hecha de una aleación de acero. Se ha forjado en la ardiente fundición de nuestra infancia, en las presiones formativas de nuestras experiencias más tempranas. Este período temprano de la vida liga los elementos de nuestras psiquis. Y como el acero, esto se hace bajo inmenso calor y presión. Algunos de nosotros sufrimos el abuso de padres despóticos o directamente hostiles cuando no destructivos. Algunos fuimos dejados a nuestra suerte sin apoyo ni guía de ninguna clase. Y todos los tipos de relaciones de los niños con sus padres caen entre estos dos extremos. Las posibilidades de presiones sobre la infancia son prácticamente innumerables, y también las aleaciones psicológicas que resultan de esta clase de experiencias. Mucho se habla del niño interior en muchos grupos de crecimiento personal, y en tanto es ciertamente valioso tomar contacto con el yo más joven, no siempre es agradable. Un mito de nuestra cultura dice que la infancia es época de inocencia, un período en que todo está bien en el mundo. Para algunos niños puede ser; para muchos definitivamente no lo es. Recuerdo estar en la casa de un colega terapeuta durante una fiesta hace unos pocos años. La mayoría de los adultos éramos terapeutas, psicólogos o psiquiatras. Yo me había acomodado en un enorme sofá, tomando mi Pepsi, cuando noté una situación interesante. Uno de los terapeutas había traído a su hijo y al mejor amigo de su hijo a la fiesta. Era evidente que los dos chicos eran amigos. Estaban jugando algún juego de naipes y respetando cada uno el turno de la jugada del otro. No intentaban trampear, parecían estar en una burbuja de camaradería. Entonces llegó el padre del chico y les preguntó si necesitaban algo. Los dos lo miraron con caritas de angelitos y sonrieron. No, dijeron, con las vocecitas infantiles más encantadoras. El papá palmeó la espalda de su hijo, y al salir, como al descuido hizo lo mismo con el amigo de su hijo. Por un momento, su hijo miró el incidente horrorizado. Se notaba que no podía creer lo que veía. Entonces, cuando su padre se había ido a otra habitación, el chico apuntó y ¡le pegó a su mejor amigo en la cara! Esto no era inocencia infantil. Esto era ira infantil. No estaba dispuesto a compartir el afecto de su padre, ni siquiera con su mejor amigo. Esta clase de celos es típica de los mamíferos superiores, y nosotros aún somos mamíferos a pesar de todas nuestras ilusiones santurronas y autocomplacientes. No importa cuán elevados espiritualmente estemos, mientras vivamos compartiremos rasgos con nuestros hermanos y hermanas mamíferos. La vida interior de un niño es a menudo muy diferente de lo que imaginan los que lo rodean. La vida psicológica de un niño, rodeado de peligros y oportunidades, está conformada directamente por cómo elige manejarlos. Ya sea algo tan amenazador para su vida como un padre desquiciado o un abusador, o aparentemente inofensivo, como elegir con quién ir al baile de egresados, en cierta forma no importa. En tanto el impacto de pelear por su vida muy bien puede marcar la conducta de un niño hasta avanzada la adultez, las pequeñas decisiones de la vida, como con quién socializar o no, también tienen importancia. Todas estas decisiones menores crean calor y presión psicológica interna. Las aleaciones de la personalidad se funden o se queman. La espada ya ha sido templada para cuando se alcanza la adultez, y la aleación de nuestras personalidades ya está fijada. Algunos salimos de esta fundición de la infancia con filos duros como la roca; otros somos romos. Algunos sostenemos nuestros filos, otros parece que nunca podemos sostener nada. La cuestión con el acero es que tiende a permanecer en su forma original una vez que sale de la fundición. Y una de las pocas cosas que alguna vez puede re-configurar esa aleación es que el acero se vuelva a calentar como cuando tomó forma por primera vez. En el trabajo alquímico de la Relación Sagrada , voluntariamente nos ponemos de vuelta en la fundición. El calor que se levanta entre dos personas cuando sus neurosis se frotan una contra otra puede llegar a ser bastante intenso. Si ambos pueden encontrar el coraje de ser radicalmente honestos consigo mismos y con el otro en estos momentos que queman, las aleaciones psicológicas se pueden cambiar. La relación recibe un nuevo hálito de vida impulsado por la energía de la verdad psicológica. La cuestión es que la mayoría de nosotros hace cualquier cosa para evitar el calor psicológico. Cuando nos sentimos incómodos, muchos salimos huyendo. Para algunos, significa literalmente hacer las valijas y salir de la ciudad, o al menos fuera de la vista. Para algunos significa estar físicamente presente, pero ya no presente emocionalmente. Nos entumecemos. Nos volvemos autómatas. Nos movemos y hablamos casi en forma normal, pero nos hemos alejado mucho hacia adentro. Otros nos atontamos con alcohol o drogas. Y algunos lo hacemos con televisión. Los humanos somos muy hábiles y creativos, después de todo. Podemos encontrar toda clase de formas de evitar enfrentarnos con nosotros mismos. De hecho son demasiado numerosas para que les dé una lista. Pero sospecho que tienen idea. Creo que la verdadera pregunta es ésta: ¿qué haces cuando las cosas se ponen demasiado calientes psicológicamente para tu gusto? ¿Qué haces cuando estás al borde de sentir algo que no quieres sentir? Para quienes están en un Relación Sagrada esos sentimientos son un llamado a estar presentes. Es hora de ser radicalmente honestos, y que ambos expresen sus verdaderos sentimientos, no importa cuánta vergüenza o temor les cause. Diciéndose sus verdades, entra un elemento revitalizador en la dinámica. La honestidad psicológica resulta en comprensión psicológica. Y con la comprensión viene la esperanza de conciencia, y con la conciencia puede haber cambios. Este capítulo dista de ser un manual de Alquimia para las Relaciones. Más que nada, creo, es una advertencia. Magdalena aludió a esto en el Manuscrito. Lo llamó oscurecimientos hacia la huída. ¿No les suena maravillosamente exótico? Bueno, pues no es muy exótico cuando el oscurecimiento uno lo tiene cara a cara. Y no es un sentimiento exótico cuando la fundición de la relación se calienta de modo que uno siente que se disuelve (psicológicamente, por supuesto). Toma coraje y fortaleza quedarse en la fundición cuando el calor empieza a debilitar la estabilidad de lo que uno percibe como su propia imagen. A muy pocos nos hace gracia pasar por tontos, que nos vean asustados, mezquinos o celosos. Y vamos a hacer elaborados esfuerzos para esconder esos sentimientos ante otros y ante nosotros mismos. Pero en una Relación Sagrada esas cosas invariablemente salen a la superficie como el barro que se levanta al revolver el fondo de un barril. La cosa es darse cuenta de que esto no significa que estás haciendo las cosas mal (en la Relación Sagrada ); significa que tal vez las estás haciendo bien. Como dijo Magdalena en el Manuscrito, el poder de la alquimia hace salir, empuja hacia afuera, la escoria. Esto puede ser fascinante cuando la escoria sale de tu compañero pero es verdaderamente horrible cuando es tu propia escoria la que se está volcando afuera. Lo que hace sagrada a una Relación Sagrada es que es de veras una manera sagrada de ser. La raíz de la palabra sagrada (holy en inglés) en realidad significa volverse completo (whole). Así que... cuando hacemos algo que crea esta completud o integridad (en este caso psicológica) nos involucramos en un acto sagrado. En el crisol de la seguridad, honestidad y agradecimiento mutuo, es posible forjar un nuevo yo. Este nuevo yo es psicológicamente más honesto, más consciente y más libre que su contraparte antes de entrar en la fundición de la relación. Y como el fénix que se levanta de sus propias cenizas, este yo tiene alas. Puede volar a lugares que antes sólo podía imaginar. Hay aquí misterios y tesoros que esperan a quienes tienen el coraje de entrar en las profundidades de sí mismos y sus compañeros. No es para todos, como ya dije. Probablemente sabrás si eres candidato posible, porque lo sentirás en tu alma, en tu corazón. Si te inicias en este camino, has de saber que no hay manual de instrucciones. Allí afuera hay muy poca guía. El sendero a la espiritualidad ha sido tradicionalmente solitario. Y en tanto los tiempos en soledad puedan ser necesarios para aquellos en Relaciones Sagradas, algo ha cambiado. Ellos consienten en transitar juntos el camino hacia la divinidad, lado a lado, a través de cielo e infierno, a través de brillantes cumbres donde todo se ve claro como cristal, y a través del oscuro valle de la muerte psicológica donde es difícil ver los propios pies uno delante del otro. Sin embargo, a través de la oscuridad del no saber, empieza a surgir una profunda fuerza primordial. Requiere un tipo inusual de sagrada trinidad – tres cosas para que cumpla con su muy sagrada tarea: seguridad mutua, honestidad psicológica y aprecio del Amado. ¡Buen viaje!