jueves, 2 de octubre de 2008

OSHO- SOBRE EL PODER DE LO FEMENINO

La mayoría de las diferencias entre los hombres y las mujeres se deben a miles de años de condicionamientos. No son fundamentales por naturaleza, pero hay unas pocas diferencias que le dan una belleza única, individualidad. Esas diferencias se pueden contar muy fácilmente.
Una de ellas es que la mujer es capaz de producir vida; el hombre no lo es. En ese aspecto, él es inferior, y esa inferioridad ha jugado un gran papel en el dominio de las mujeres por el hombre. El complejo de inferioridad funciona de esta manera: pretende ser superior para engañarse a sí mismo y para engañar al mundo entero. Por eso, a lo largo de los siglos, el hombre ha estado destruyendo la genialidad. el talento, las capacidades de la mujer, para de esta forma poder probar que él es superior ante sí mismo y ante el mundo.
A causa de que la mujer da a luz, durante nueve meses o más permanece absolutamente vulnerable, dependiente, del hombre o de su grupo. Los hombres han explotado esto de una forma muy fea. Y esa es una diferencia fisiológica, da exactamente igual.
La psicología de la mujer ha sido corrompida diciéndole cosas que no son ciertas, con-virtiéndola en una esclava del hombre, reduciéndole a la categoría de ciudadano secundario del mundo. Y la razón de ello es que él es más poderoso muscularmente. Pero el poder muscular es parte de la animalidad. Si es eso lo que va a decidir la superioridad, entoces cualquier animal es más musculoso que un hombre. Pero las verdaderas diferencias existen ciertamente, y tenemos que buscarlas detrás del montón de diferencias inventadas.

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