martes, 2 de octubre de 2012

La Venus Negra. Cineteca Nacional

Por: Gustavo E. Ramírez Carrasco. ( @gustavorami_ )

Félix-Louis Regnault, un distinguido fisiólogo francés miembro de la Sociedad de Antropología de París, seguramente por entonces el órgano internacional más respetado de la ciencia colonial europea, realizó un temprano experimento cinematográfico en 1895. A partir de la cronofotografía (tal vez con la ayuda de un dispositivo parecido a los utilizados por Étienne Jules Marey o Edward Muybridge años antes), registró las primeras imágenes en movimiento de una mujer africana. Los dibujos que sobreviven de la serie animada de Regnault, desaparecida, muestran a una joven integrante del grupo étnico wólof confeccionando una pieza de arcilla con ambas manos. Probablemente originaria de Gambia o Senegal, la chica formaba parte de una exposición sobre África Occidental en un museo de París; Regnault sugeriría su registro fotográfico como parte de los estudios sobre el movimiento que en la segunda mitad del Siglo XIX obsesionaron a la comunidad científica europea.
Pero el cine en sus formas primitivas, sólo es capaz de mostrarnos un pequeño reflejo de la magnitud con la que durante el siglo antepasado el colonialismo europeo emprendió la tarea de convertir a las culturas no occidentales en objetos animados de análisis, no muy distintos de las pinturas en las cuevas o los monolitos de piedra.
Unos 80 años antes de que la película de Regnault fuera realizada en París, la corpulencia y origen étnico de otra joven africana causó furor entre los científicos franceses, interesados en clasificaciones que demostraran la animalidad de ciertos tipos raciales. Sarah Baartman, la llamada “venus hotentote” (forma hoy considerada peyorativa de llamar a los miembros de la etnia khoi, de Botswana, Namibia o Sudáfrica), era una esclava africana que llegó a Europa para ser exhibida en circos y carpas itinerantes como una atracción exótica. Después de varios escándalos por la dureza y denigrante sexualidad de sus presentaciones, acompañadas incluso de un domador y un jaula, fue vendida para ser prostituida en la capital francesa, donde en 1815 murió de algo parecido a la sífilis. Su físico y fisonomía habían sido estudiadas por fisiólogos y craneometristas que después de su muerte –en condiciones extremas de pobreza y marginación– exhibieron su cuerpo como pieza del Museo del Hombre de París, donde permaneció hasta la década de los ochenta del siglo pasado.
También desde la imagen en movimiento, pero a través de un enfoque diametralmente distinto al experimento de 1895, Venus negra (2010), nominada al León de Oro en el Festival de Venecia 2010, del director tunecino-francés Abdellatif Kechiche, reconstruye de forma intimista la dolorosa experiencia de la “venus hotentote”, llevando su historia más allá de la simple descripción de las vejaciones físicas y morales a Baartman, para convertirse en una elaborada crítica a las concepciones éticas y científicas de la Europa del siglo XIX.
Venus negra, forma parte de la cartelera de estrenos de la Cineteca Nacional. Revisa nuestra cartelera en: www.cinetecanacional.net

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