sábado, 17 de noviembre de 2012

Bill LongstaffConfessions of a Matriarchist: Rebuilding Society on Feminine Principles

Confesiones de un matriarcalista: Bill Longstaff
Husmeando por la red descubrí el blog de Bill Longstaff, autor de otro blog (ahora inactivo) llamado The Matriarchist: peregrinaciones políticas desde una perspectiva progresista.
No sólo se reconoce matriarcalista, sino que además ha escrito un libro en el que propone reconstruir la sociedad sobre principios femeninos:
Confessions of a Matriarchist: Rebuilding Society on Feminine Principles
Traduzco la reseña del libro que aparece en Amazon:
"El propósito de la vida es la replicación de los genes. Los machos responden a ese imperativo demostrando su fuerza a las hembras. Los machos humanos demuestran su fuerza compitiendo por los recursos y el estatus. Esta competición los lleva al conflicto con demás hombres y con la misma Naturaleza. Esta conflictividad, antes tolerable, ahora amenaza a nuestra especie y a otras miles.
Debemos, por nuestra propia supervivencia, crear una sociedad en la cual no quepan los excesos propios del ethos de replicación masculina -el machismo y el patriarcado-. Debemos crear un nuevo paradigma social.
Debemos alejar la sociedad de los excesos, modificando las instituciones, todas las instituciones, para tal fín. Debemos asentar nuestras instituciones sobre el ethos de replicación femenina, el ethos del cuidado. Debemos cambiar el patriarcado por el matriarcado.
Este libro examina las raíces biológicas y culturales de la agresión masculina, expone los procesos machistas y patriarcales en un amplio abanico de nuestras instituciones, y ofrece alternativas matriarcales."

Traduzco un fragmento tomado de un artículo de su blog:
"Tenemos una fuerte necesidad de liderazgo femenino en el mundo moderno.
Aunque las características humanas son compartidas por todos los géneros, las relacionadas con el cuidado son, por lo general, predominantes en las mujeres. Las relacionadas con la agresión, por lo general, predominan en los hombres. Puede que cuando éramos nómadas cazadores recolectores, la agresividad masculina fuera valiosa, pero en un mundo altamente complejo y tecnológicamente avanzado, repleto de armas nucleares y asaltos masivos al medio natural, no sólo es redundante sino peligroso.
Si queremos evitar catástrofes, debemos tener mayor cuidado, para nosotros y para nuestro medio ambiente, y eso significa más características femeninas en el liderazgo, es decir, mayor presencia femenina.
Desafortunadamente, la política, creada por hombres y para hombres, es un negocio extremadamente agresivo, violento de palabra y a menudo de hecho, nada atractivo a la sensibilidad femenina."

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