sábado, 27 de septiembre de 2008

II ENCUENTO DE TRIBUS DE LA PENINSULA

Hola a tod@s, tengo el placer de anunciaros el II ENCUENTRO DE BEBES, MAMAS Y AFINES, en el intento de crear un habitat adecuado para la crianza de l@s peqeñ@s seres que están bajo nuestro cuidado. Para quienes aún no sepan muy bien de que va esto, porque se hayan perdido el comienzo, os lo cuento.
Las cosas para mí empiezan de dos formas, por deseo y por necesidad. Al fin y al cabo las dos caras de la misma moneda, pero la segunda es la señal de que la primera no fluye libremente. Esto es un intento de que vivamos en la abundancia de nuestros deseos y no de nuestras carencias. Es un lindo sueño de retornar al origen de tod@s nosotr@s, la vida colectiva y de tribu, que las madres y los bebes sentimos y no deseamos esconder o inhibir por más tiempo.
Un@ cuando está sol@, siente que algo falla, en realidad lo que más te fallan son las fuerzas para buscar el cambio, pero cuando tienes un pequeño ser que desea ser todo lo que su semillita promete, que desea realizarse y ser humano, te das cuenta de que ya no puedes dejar para mañana ese cambio. Varias de estas madres hemos conectado, nos hemos sincerado entre nosotras y hemos decidido empezar una alianza, y que pase lo que pase estamos cada vez más sobre la pista de nuestros deseos.
El análisis de lo sucedido hasta ahora, para mí revela que el principal impedimento para juntarnos definitivamente, es que cada una está apegada a algo. A su ciudad, a su casa, y también algunas al padre de sus hijos, que no desea ese cambio, estén o no con ellas conviviendo actualmente. Sin ánimo de frivolizar en ninguna de estas cuestiones, sobre todo en la última, en la que el sufrimiento puede llegar a ser muy grande, cuando sólo una de las dos partes desea el cambio, cuando sólo una de las dos partes no desea escolarizar al niño, cuando sólo una de las dos quiere o sabe escuchar las verdaderas necesidades del ser humano, y cómo no, de un bebe y su madre. Laura Gutman dice, aunque ya lo dijeron much@s otr@s antes y también lo digo yo, que para criar a un@ niñ@, no se necesita una madre, ni una famiilia, se necesita una tribu entera, y l@s que estamos aquí implicándonos y construyendo lo ratificamos. Queremos convivir para ser, queremos construir hogar y vida, más vida para la vida, sabemos que nos necesitamos, y que el falso sueño de emancipación de la mujer, de independencia, etc. supone un precio muy alto para nosotr@s y los niñ@s. Supone entregar a nuestras crias para que un Estado todopoderoso y omnipresente vele por ellas, renunciar a disfrutar de ell@s y privarles de compartir nuestra vida diaria, encerrándolos en un lugar construido sólo para ell@s, dónde otr@s nos los educan, en sus valores, queramos o no queramos. Las mujeres y los bebes hablamos, y decimos, más bien sentimos que deseamos sentirnos apoyad@s y libres para ser y crecer sin ser podados, que las mujeres no queremos más que nos roturen, nos siembren y nos roben los frutos, que nos encierren en una casa sólas y aisladas, a ver culebrones, y a hablar con las vecinas en el mercado de las notas de l@s niñ@ y de la bronca que les hemos hechado por suspender, que queremos que aprendan materias, que sean evaluadas por la vida, que aprendan a moverse, a fluir bailando, a sentirse creando, a creer en ell@s, a amar... pero para eso necesitamos ser tribu, aunque alguna gente piense que estamos incurriendo en el pecado orginal. Original sí, primigenio, pero no pecado original,sino DESEO ORIGINAL.

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